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Un cocktail de sueños, sangre y sexo

  • Foto del escritor: Wilmer Ogaz
    Wilmer Ogaz
  • 3 may 2017
  • 2 Min. de lectura

No existe nada más arriesgado que darle rienda suelta a la imaginación, no ponerle límites resulta a veces un juego peligroso. La propuesta visual de la película 'Raw' (Voraz) va más allá de lo grotesco y visceral, pues aborda el tema del autodescubrimiento de Justine (Garance Marillier), una ingenua adolescente en el despertar de su vida.


En este filme —ganador del premio FIPRESCI en la exhibición de la Semaine de la Critique en Cannes del 2016— Justine es una joven de 16 años que viene de una familia en la que todos son veterinarios y vegetarianos. Al entrar a la universidad rápidamente se convierte en una estudiante brillante y prometedora, pero al encontrarse sola y en un desesperado intento por ser aceptada entre sus compañeros, descubre un mundo decadente, despiadado y peligrosamente seductor. Alejándose de los principios que le ha inculcado su familia, prueba la carne cruda por primera vez; pero las terribles consecuencias no tardan en llegar, y la joven comienza a develar una naturaleza caníbal. La película franco-belga, dirigida por la parisina Julia Ducournau, es un entremés difícil de digerir. Incluso durante una proyección en Toronto, varios paramédicos tuvieron que intervenir a mitad de la película para ayudar a dos personas que se desmayaron por el impacto de ver escenas tan sangrientas. 'Voraz' explora una variedad de apetitos violentos, que van desde lo meramente fisiológico hasta lo sexual; además cuestiona en cada momento hasta qué punto estos desplantes caníbales son una necesidad, un placer o una obsesión en la protagonista.


La trama nos lleva a pensar en aspectos que van más allá del canibalismo. La lucha interna de Justine por adaptarse y encajar, la confusión entre el hambre y el sexo, su negativa para adaptarse a los cánones de belleza femenina instaurados por una sociedad machista y la exploración de la feminidad en la adolescencia son los ingredientes principales de este exótico platillo. 'Voraz' podría describirse como una obra que lleva al extremo el apetito insaciable —literal y metafórico— que todos experimentamos en algún momento; es una clara muestra del lado oscuro que como humanos llevamos dentro, y que reprimimos para poder encajar en los parámetros de moralidad de la sociedad. La minuciosa búsqueda de límites exacerbados eróticamente es un postre que muchos no van a poder terminar.


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