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La mujer que se convirtió en asesina al negarse a abrir la puerta

  • Foto del escritor: Wilmer Ogaz
    Wilmer Ogaz
  • 15 may 2017
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 17 feb 2021


Francia acaparó todos los titulares de la prensa internacional esta semana. El triunfo de Emmanuel Macron —quien ahora es el presidente electo de este país— por encima de la representante de la ultraderecha, Marine Le pen, es un respiro de alivio para la ciudadanía que se opone a las políticas migratorias que cierran las puertas a inmigrantes y refugiados. En esta atmósfera de incertidumbre, y como un llamado a la solidaridad, es que surge el filme 'La chica desconocida'. Dicen que las películas son el reflejo de la sociedad en la cual se producen, una especie de crítica social bellamente disfrazada con sutiles metáforas. Esto le sucede a 'La Fille Inconnue', la última película de los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne que fue estrenada en el Festival de Cannes en mayo de 2016. El filme compitió por la Palma de Oro, pero no resultó ganadora. Este festival resulta familiar para los directores, ya que películas como 'Rosetta' (1999), 'L’Enfant' (2005) y 'The Kid with a Bike' (2011) han sido merecedoras del máximo premio.


La historia de la doctora Jenny Davin (interpretada por la actriz parisina Adèle Haenel) se desarrolla en Seraing, una ciudad de la provincia de Lieja muy cerca de Francia. Una noche, después del cierre de su consultorio, la joven doctora escucha el timbre pero ordena a su pasante no atender la puerta. A la mañana siguiente se entera de que han encontrado, no lejos de allí, a una joven de color muerta. Este hecho involucra a Jenny en una incesante búsqueda por develar el misterio de la chica asesinada. Al enterarse del terrible descubrimiento de la policía, Jenny comienza a vivir un calvario. La culpa atormenta la conciencia de una joven entregada en cuerpo y alma a su profesión como médico. Jenny se pregunta qué hubiera pasado si esa noche hubiera atendido al llamado de la chica, tal vez la joven seguiría viva.


A pesar de que el proceso de recopilar las pruebas hacen que se pierda el ritmo de la historia y la película se vuelva un poco lenta, en algún punto todos los cabos sueltos comienzan a atarse y se descubre que el misterio del asesinato involucra incluso a los paciente de Jenny. Es aquí cuando el thriller se convierte en un reflejo de la problemática que enfrentan los inmigrantes en muchos países; y es que nadie —salvo nuestra protagonista— parece preocuparse por descubrir siquiera el nombre de la joven inmigrante. La sociedad representada en esta película es una que continúa discriminando y cuestionando el origen de sus semejantes; las diferencias en el color de piel, la raza, las creencias, la clase social y el poder adquisitivo erróneamente siguen siendo factores determinantes para la integración de ciertas personas. Al final, aquella chica desconocida nos invita a dejar de ser esclavos de los prejuicios. Y aunque nuestra escala moral determinará hasta qué punto es permisible la redención de la culpa, esta idea de solidaridad y empatía con aquellos que nos rodean es un planteamiento muy bien logrado en la obra cinematográfica. Tal vez no podemos cambiar al mundo repentinamente, pero en los pequeños actos de valentía y de altruismo en nuestro día a día damos el primer paso hacia una vida digna para todos por igual.


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