Un hombre ¿con dos vidas?
- Wilmer Ogaz
- 3 jul 2017
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 19 abr 2020
Por fin llegó a México a través de Netflix, la película ‘I am Michael’ estrenada en el festival de Sundance en 2015 y que aborda la historia real de Michael Glatze un prominente activista de la comunidad LGBTTTIQ (Lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual y queer) y su inminente transformación en pastor cristiano homófobo.

No es la primera vez que vemos a James Franco meterse en la piel de un homosexual, en más de una ocasión el actor ha defendido públicamente los derechos de la comunidad gay. En el 2008 dio vida a Scott Smith, quien fuera pareja de Harvey Milk –Sean Penn– en la película que lleva su nombre; la reciente ‘King Cobra’ donde interpreta a Joe un productor de la industria porno en el 2016, o el cortometraje ‘Interior. Leather Bar’ donde explora su faceta como director del mismo año, convirtiéndolo sin duda en icono gay del momento.
Estamos frente a un tema ampliamente discutido y desgastado, en donde la ciencia y la religión pelean por tener la verdad absoluta. Sin embargo ‘I am Michael’ escrita y dirigida por Justin Kelly, plantea de forma muy diferente esta controversial situación. Nuestro protagonista Michael Glatze –interpretado por James Franco, que asegura la crítica eleva el filme y nos regala su mejor actuación después de ‘127 horas’– retrata la intensa y dolorosa redefinición de sentimientos después de recibir el ‘llamado de Dios’, y decidir ya no etiquetarse como gay, experimentando una serie de cambios, un tipo de metamorfosis que afectará su fortuna y toda su vida, en especial la de Bennett –Zachary Quinto quien es abiertamente gay– su entonces compañero, para convertirse en un defensor del movimiento anti-gay.

Todo tiene su razón, y aunque durante los 101 minutos que dura la historia, no encontremos una lo suficientemente fuerte en la cual apoyar el cambio de postura de Glatze, sin juzgarlo, categóricamente no tienen lugar sus hipótesis de odio, al leer un libro de manera literal y adoptar una postura fundamentalista.
La historia que se encuentra basada en un artículo de Benoit Denizet-Lewis ‘My Ex-Gay Friend’ publicado por el New York Times, nos hace preguntarnos ¿cómo es posible que un gay se convierta en heterosexual?, pero ese no es el problema, este radica en cómo Glatze termina siendo un despreciable pastor homofóbico, enamorándose y casándose con Rebekah –Emma Roberts– cuando antes luchaba por la defensa y visibilidad de personas, que el mismo decía, se sentían solas y diferentes.

Vale la pena disfrutar de esta historia, en donde no se puede tapar el sol con un dedo, no importa si le llamamos religión, valores, familia o conciencia, es imposible serle infiel a tus principios; la moraleja es que sin caer en el juego de juzgar, comprendamos y aprendamos. Comúnmente le llamamos RESPETO.