Red Sparrow: La bailarina del Bolshoi que se convirtió en espía.
- Wilmer Ogaz
- 9 mar 2018
- 2 Min. de lectura
“Todos los seres humanos son un rompecabezas de necesidad. Deben convertirse en la pieza faltante, y les dirán lo que sea”.

El thriller de espionaje Red Sparrow ha sido llevado de las páginas de una novela a la pantalla grande por Francis Lawrence —que, dicho sea de paso, no tiene nada que ver con su protagonista más allá de haberla dirigido en tres entregas de la saga Los juegos del hambre— La historia está basada en el best-seller del mismo nombre publicado en 2013 por Jason Matthews, un ex agente de la CIA que participó en la recopilación clandestina de información de seguridad nacional en varias ubicaciones en el extranjero.

La película cuenta la historia de Dominika Egorova —interpretada por Jennifer Lawrence— una primera bailarina del Bolshoi que ve truncada su carrera debido a un extraño accidente. Contra su voluntad y para proteger a su madre enferma, es reclutada por su propio tío Vanya —Matthias Schoenaerts— para convertirse en una sparrow, una agente especial al servicio del gobierno ruso, adiestrada para seducir y utilizar su cuerpo como arma para obtener información del enemigo.
Las intensas lecciones al interior de la academia son impuestas por una dura institutriz llamada Matron —interpretada por Charlotte Rampling— y aunque Dominika pronto se destaca como una de las mejores en el programa, la lucha interna por no traicionar sus ideales en medio de su primera misión pondrán a prueba su entereza.

Desde el trailer, algunas escenas de Lawrence hacen suponer que la acción se desarrollará más o menos bajo la misma línea de Atómica —interpretada por Charlize Theron—. Ambas películas tienen sensuales protagonistas, y están situadas en el marco de la Guerra Fría y añejas rencillas entre naciones; sin embargo, los fans que esperaban acción desmedida al puro estilo de James Bond se decepcionarán un tanto, porque las secuencias de acción son reemplazadas por excelentes tretas psicológicas, un juego de poder más mental que físico. Aunque lo anterior no absuelve de sangre y violencia al filme, todo lo contrario, eleva las vejaciones a un punto mucho más agudo en donde sexo y seducción resultan más letales que la bala de cualquier arma.

La estructura narrativa del filme encuentra su fuerza en el juego de poder, y explica de manera explícita cómo las sparrow son la pieza maestra en un rompecabezas sexual, que una vez embonado permite la extracción de información sin dañar al activo en la operación en cuestión. Aunque por momentos languidece con el idilio de Nate Nash —interpretado por Joel Edgerton—, el agente de la CIA se ve envuelto en un amorío intermitente que se debate entre la realidad y la traición, amenazando sus carreras y la seguridad de sus respectivos países. La historia de la bailarina en Red Sparrow es una oportunidad intimista, sensual y casi microscópica para redescubrir los matices de Lawrence, una actriz in crescendo con cada personaje que encarna.
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