Sexy por accidente: La importancia de ser uno mismo.
- Wilmer Ogaz
- 6 jun 2018
- 2 Min. de lectura

Siguiendo con el tema del empoderamiento femenino en Hollywood, llega a la cartelera una historia de amor, pero del que perdura para toda la vida: el amor propio.

Escrita y dirigida por Abby Kohn y Marc Silverstein, la película Sexy por accidente —cuyo título original es I feel pretty— cuenta con la participación de la talentosa Amy Schumer y la fuerza interpretativa de Michelle Williams, para contar la historia de Renee Bennett, una mujer promedio que lucha todos los días contra los fantasmas de la inseguridad, la baja autoestima y los modernos estereotipos de belleza que oferta el sistema. Cierto día después de suplicarle al universo le conceda el deseo de ser bella, durante una sesión de spinning en un gimnasio de moda en Nueva York, Renee sufre una aparatosa caída de su bicicleta, al volver en sí, despierta creyéndose la mujer más bella, segura y sensual del mundo. Sin embargo, su exagerada confianza se verá interrumpida cuando descubra que en realidad su apariencia nunca cambió.

Coco Chanel decía que la belleza comenzaba con la decisión de ser uno mismo, bajo esa premisa el filme que encabeza una deslucida Schumer, tropieza con varias inconsistencias a la sombra de un gran mensaje de autoayuda. Esto no presagia perder casi dos horas frente a la pantalla, sino todo lo contrario, —porque todas las películas tienen algo que decirnos— Sexy por accidente no es la excepción.
Bajo la repetitiva sentencia de que lo más importante es la confianza en uno mismo, resulta ingenuo pensar que con actitud todo es posible, pero es justo ahí, en ese rescoldo donde Schumer nos da la primera lección acerca del amor propio: no es una meta, es más bien un largo camino, y cómo tal, hay que disfrutarlo. Aceptando nuestras debilidades y creyendo firmemente en esa chispa que todos llevamos dentro, así las explicaciones acerca de nuestras carencias rápidamente salen sobrando.

A pesar de vivir en un mundo de apariencias, donde las personas se empeñan en usar caretas para esconder lo que realmente son, nuestra protagonista es consciente de lo que quiere, lo pone en práctica y va tras el.
Sexy por accidente no es un estandarte feminista, ni la película del siglo, es una comedia complejamente simple, ligera y dominguera para aceptarse y amarse más. La letras chiquitas: ser auténtico ahuyenta a las personas falsas de tu vida.
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