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Lo que elegimos recordar.

  • Foto del escritor: Wilmer Ogaz
    Wilmer Ogaz
  • 12 jun 2019
  • 2 Min. de lectura

Muy pocas actrices pueden ostentar el lujo de engrandecer una película con su sola presencia. La belleza, experiencia y el talento de Catherine Deneuve, tienen ese poder. Con más de seis décadas de carrera y poco más de 100 películas, la musa de Roman Polanski, Luis Buñuel, Jacques Demy y Lars von Trier, entre otros, regresa con todo su esplendor en la cinta «La Dernière folie de Claire Darling» —La última locura de la señora Darling, titulada en español— dirigida por Julie Bertucelli, basada en el libro Faith Bass Darling’s Last Garage Sale de Lynda Rutledge, que cuenta la historia de una excéntrica mujer de nombre Claire.


Ensimismada entre los recuerdos y los lujos de un palacete en Verderonne, un pequeño pueblo de Francia, la encantadora Claire despierta aturdida una madrugada con la sensación de que el día que apenas empieza a clarear será el último. Tan pronto sale de la cama y se acicala, decide que todo lo que es y existe en su morada debe ser vendido en una venta de garage. Costosísimos enseres, tan queridos y llenos de historias, son rematados a cualquier postor sin importar el monto. El suceso, pronto llega a oídos de su hija Marie —interpretada por Chiara Mastroianni, su hija en la vida real— a quien no ha visto desde hace 20 años.


Bajo una atmósfera mágica, y con la convicción de un final que no tiene marcha atrás, todos los elementos dispuestos convergen para recrear presente y pasado. Un reloj con cuerpo de elefante, el anillo que heredó de su madre, lámparas Tiffany y un cuadro de nenúfares al óleo regalo de su confesor, destilan memorias y secretos. Esa repentina locura de querer deshacerse de todo es en realidad un lavatorio de culpas que la madame le debe a la vida y se debe a sí misma.


Cuánta razón tenía Martin Scorsese al asegurar que Catherine Deneuve es el cine francés, basta una mirada para distinguir la nostalgia, haciendo eco a toda clase de sentimientos mientras fuma.


Duele tanto echar de menos, y es que los recuerdos no siempre son placenteros, los hay crueles y mezquinos. «La última locura de la señora Darling» es más un tratado acerca de cómo desprenderse de lo efímero de un momento, el poder de las corazonadas y la anhelada absolución.



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