Confieso que jamás he sido fan de las películas de superhéroes, pero cuando me enteré que Tenoch Huerta incursionaría en "Black Panther: Wakanda Forever", despertó mi curiosidad. La expectativa aumentó cuando en uno de sus adelantos se autonombraba como Kukulcán, simplemente me voló la cabeza. Y es que justo ahora que atravesamos por un momento donde nuestras tradiciones se exaltan por todo lo alto, y la visibilidad de nuestra riqueza cultural es apreciada en todo el mundo, no resulta extraño que una franquicia de tales magnitudes vuelva sus ojos, una vez más, hacia México y la cultura maya.

SIN SPOILERS.
Independientemente de si la concepción de la serpiente emplumada es o no la correcta, (seguramente sus detractores lo conocieron en persona, o leen códices mayas para poder asegurar que no sugiere una copia fiel de la deidad) el tratamiento que le dan a cada uno de sus elementos alrededor de la mitología, son puro amor. El antihéroe que encarna Tenoch, habla maya yucateco, al igual que Mabel Cadena y todos los habitantes de Talocan, la civilización que protege, en una respetuosa representación de la cultura que desea emular, una belleza.

Aunque conozco poco de su universo, el homenaje que rinden a Chadwick Boseman es emotivo, y su legado se desdobla en empoderamiento puro, pero no solo femenino, sino también el que viene arrastrando Tenoch con su movimiento "Poder prieto", una iniciativa para erradicar las prácticas racistas de todos los días por el tono de la piel.
Wakanda Forever es un mantra que lleva impregnado miedo, ira y dolor. pero que sabe darle la vuelta a las adversidades apoyándose en la fuerza cultural. Para todos aquellos momentos de la verdad, me quedo con la enseñanza del perdón. Vengándose, uno se iguala al enemigo, pero para ser superior, hay que perdonarlo.

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